sábado, 29 de abril de 2017

Anno Dómini 2017

Como dirían en los escritos de la Edad Media, año del Señor 2017. Ahora no somos conscientes porque estamos inmersos en toda la maraña de acontecimientos que se suceden a velocidad de vértigo. Pero si alguno de nosotros vive mucho y tiene la posibilidad y la claridad mental para poder verlo con la lejanía del tiempo y la perspectiva, nos daremos cuenta de que, si conseguimos superar este período tan convulso que estamos viviendo más o menos indemnes, sin que a las tragedias que ya hay se unan otras más gigantescas, habremos engañado y eludido un destino al que nos dirigimos de manera obsesiva.
El mundo a vivido muchas guerras donde se han utilizado terribles métodos de exterminio lo que ha llevado a los gobiernos a crear leyes internacionales que prohíben prácticas inhumanas en conflictos armados. Sin embargo, en las guerras actuales se violan todas las convenciones. Se ignoran las protestas mundiales. Los organismos que se crearon para evitar la proliferación de escaladas violentas que pusieran en peligro la estabilidad mundial no sirven.
El panorama político internacional se ha llenado de dirigentes que son como niños díscolos que juegan y no son conscientes del poder que tienen en sus manos. Son como bebés en una guardería manipulando una granada.
Los jóvenes, el futuro de la humanidad, no saben Historia y están destinados irremediablemente a repetirla.
Los mayores, que han vivido esa Historia, se llevan las manos a la cabeza, horrorizados.
Las grandes potencias han perdido el norte. El presidente de Estados Unidos, país salvador por excelencia, y el de Corea del Norte, la Reina de Corazones,  están inmersos en una representación infinita de "Duelo al sol".



Pero son como dos boxeadores que se lanzan brabuconadas antes del combate.
Rusia a perdido la cohesión y la cordura. Con un presidente obsesivo compulsivo y bipolar que me recuerda terriblemente a un oficial de alto rango de la SS.


Y mientras en su país se siguen violando los Derechos Humanos como desde hace siglos, el es feliz con colarse en la habitación del presidente americano para ver de que marca y talla son sus calzoncillos.
Sudamérica no pierde ni perderá nunca la tradición de tener dirigentes que se dedican a fagocitar sus países y sentarse a ver, complacidos, como sus ciudadanos se mueren de hambre y miseria mientras ellos engordan de poder y egolatría.


África. Bueno... ¡¡¡África me duele de una manera que nadie puede imaginar!!!. Necesitaría una entrada completa de este Blog.
África no tiene futuro y nunca lo tendrá porque los parásitos mundiales que tienen una moneda de euro por cerebro y un fango negro por conciencia se la están comiendo hasta no dejar más que desechos.


Pero en esos desechos hay niños que sufren¡No. Me quedo muy corta!No se ha inventado la palabra que pueda definir la situación de los niños en África.
Pero, ya en alguna película española costumbrista de los años 50 se decía eso de: "Recojo dinero para los negritos de África que se mueren de hambre".


La vieja Europa,  paradigma de civismo, Democracia, buenos modales, tradición... Nació obsoleta, muerta, y como zombi podrido que camina por el mundo desde la segunda guerra mundial, ahora se deja devorar por un nuevo tipo de gusano, lo que se ha dado en llamar "políticas populistas". Pero no nos engañemos, estos gusanos son los viejos gusanos fascistas que han mutado y ahora se presentan a elecciones presumiendo de liberales y demócratas.


Los países árabes, como siempre, se tapan con la capa de la religión para acoger bajo sus alas asesinos en serie que dan rienda suelta a sus ansias de sangre amparados por lo que les ha dado por llamar "guerra santa" y que no es más que un intento por saciar su ansia de venganza ancestral hacia el resto del mundo. Pero son como los malos padres que las frustraciones de la vida diaria las pagan en casa con sus propios hijos. Puedo entender, haciendo un enorme esfuerzo de empatia, que odien al resto del mundo, pero ese comportamiento sádico que tienen con sus propios hermanos no lo tiene ni la bestia más cruel que exista en la Naturaleza.


Y de mi propio país...¡¡¡necesitaría un libro entero!!!.
Solo un aperitivo: los españoles nacemos corruptos. Tenía una sospecha que se ha convertido en certeza. Últimamente estoy haciendo un ejercicio para integrarme, por cuanto y porque me dejaría comprar.
En cuanto al planeta, a los recursos naturales, la ecología... Mejor otro día.
He tenido un momento Baudelaire. Espero que sepa perdonarme.


domingo, 23 de abril de 2017

Insatisfacción

Como muchos de nosotros, he visto algunas series americanas y, el otro día pensaba en una frase recurrente en este tipo de formatos televisivos: "tengo que darle un sentido a mi vida".
Si soy sincera, nunca he entendido el significado de esa expresión. Para mi era un misterio como la mayoría de las dudas existenciales que tienen los americanos.
Pero estoy atravesando una época particular, ahí lo dejo. Y en un momento determinado, de repente, como si una luz me insuflara el conocimiento ¡¡lo entendí!!. Y lo peor de todo...¡¡me sentí identificada!!.
Al darme cuenta primero me horroricé. Siempre he pensado que lo peor que te puede pasar es tener un punto, aunque sea milicentesimal, en común con los americanos. Después lo incorporé y le dí la visión que tenemos los latinos de las cosas, ¡¡como debe ser!!.
Supongo que todos hemos tenido alguna vez esa sensación de lo inevitable. De que la vida te obliga ignorando por completo tu voluntad, yo lo he sentido durante demasiado tiempo para la poca paciencia que tengo. La mayor parte de mi vida la he pasado haciendo lo que no quería hacer. He tenido infinidad de momentos de asco mortal, de aburrimiento infinito, de desesperación por estar donde no quería estar, por hacer lo que no quería hacer.
Pero como decimos por aquí, no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo aguante así que mi mal no duro tanto y de repente las circunstancias cambiaron. Y pensé que por fin iba a poder utilizar mi libre albedrio, ese que tenemos todos pero que yo no había estrenado aún, todavía estaba con el plástico puesto. ¡¡Pero me equivocaba!!
Como dice la canción: "Si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos"
Pero no es que haya vuelto a la pubertad y no entienda que la vida son responsabilidades, es que la rebeldía de la adolescencia la tuve que masticar y tragar y se me a enquistado en el alma.
Siempre he tenido una gran vocación de romper con todo. Pero solo ha sido eso, vocación. Suelo culpar a las circunstancias de mi falta de valor pero la verdad es que solo yo tengo la falta de decisión para tirar por la calle de en medio.
Y ahora tampoco lo haré. Nos libramos de las cosas que creemos que nos atan a la vida que llevamos pero nunca nos liberamos de las ataduras invisibles. Básicamente porque no son externas si no internas. Somos nosotros que con nuestros apegos somos incapaces de deshacernos de lo que no necesitamos realmente. Y luego está la sociedad en la que vivimos, y no es en mi descargo que digo esto. Recuerdo a mi madre que cuando me quejaba de algo me decía: quien algo quiere algo le cuesta (era muy refranera mi mamá).
Por tanto, para poder tener un techo sobre mi cabeza, un plato en mi mesa y unas bragas que ponerme tengo que hacer sacrificios. ¿Divago? Paciencia. Sabéis que al final siempre concreto.
Tenemos que trabajar. Entenderme, no me quejo de eso, llevo más de media vida haciéndolo. Me quejo del tiempo que me ocupa esta actividad. Y esta hipérbole me lleva al inicio de este post (veis como al final concreto). El sentido de mi vida.
Cuestiono, analizo, es lo peor que puede hacer un ser humano con su propia vida pero yo lo hago constantemente. Y últimamente llego a la conclusión de que cada vez se me hace más difícil dedicar tanto tiempo a mi trabajo.
En otras épocas había sido una especie de evasión, me había servido para olvidar por unas horas la situación desesperada que vivía en mi casa, me ayudaba a conectar con los demás, a mantener conversaciones normales, a dar un poco de cordura a mi vida.
¡¡Pero resulta que ya no lo necesito!!
Y ahora que puedo dedicarme a lo que me gusta no tengo tiempo para hacerlo. Y entonces me pregunto, ¿vale la pena? ¿Vale la pena perder el 95% de tu tiempo y tu salud en una actividad que no te reporta ninguna satisfacción? Ni siquiera económica porque te "rapiñean" hasta el último céntimo de euro que pueden, porque son miserables como un personaje de Dickens.
¿Tiene sentido seguir viviendo esta vida gris y sin objetivo? ¿A quien beneficia? A mi no.
Y vuelvo a entrar en las viejas insatisfacciones que creía superadas. Vuelvo a sentir esa sensación que duele pero que no puedo aliviar, de que me falta algo que no puedo concretar. Eso me vuelve irascible, estoy en un enfado constante. Es como cuando un bebé llora constantemente y no sabes como consolarle porque no tienes idea de lo que le pasa.
Nunca he sabido lidiar con esta situación y ahora tampoco. Lo único que sé es que necesito hacer cosas que me satisfagan y se me ocurren millones de ellas. Debería romper con todo y empezar de nuevo pero estoy anclada a la rutina de ahora. Yo misma me he condenado a seguir arrastrando una vida que no me gusta la mayor parte del tiempo, como me condené en otros tiempos.
Solo espero encontrar un subterfugio que serene mi alma, que anestesie mi inquietud para poder seguir viviendo en paz.
¿Habéis entendido? Pues agradecería que alguien me lo explicara porque yo no.

jueves, 20 de abril de 2017

Libros

Me costó mucho elegir el nombre del Blog básicamente porque tampoco sabía lo que iba a escribir en el.
Aún así decidí el nombre primero. Lo que escribo va surgiendo solo, sin pensar, casi como una escritura automática. Creo que la única cosa que nunca descansa es mi cerebro.
Bullen muchas ideas en mi cabeza pero, la mayoría de ellas me es muy difícil plasmarlas. Por eso cuando algo fluye, escribo. Sin barreras, sin pensar, sin releer, sin cambiar nada. Cuando paso a limpio el resultado es cuando intento ordenarlo porque, lo más probable es que, en algún momento, haya empezado a divagar. ¡¡Ósea, exactamente como ahora!!.
Hablaba del nombre del Blog, porque su intención siempre a sido representar un poco mi personalidad. Creo que lo conseguí.
Soy analista químico, lo soy por vocación aunque creamos que eso le pasa solo a los curas o los médicos. Es lo que quise ser desde pequeña y siempre arrastraré la frustración de no haber podido hacer la carrera. Pero lo que si puedo asegurar es que he disfrutado hasta el último segundo de los casi 30 años que les llevo dedicados a esta profesión.
Pero si algo no se le puede pedir a quienes nos dedicamos a esto es imaginación, creatividad. Nuestro lema es "toda acción tiene una reacción" y es lo único que encaja en nuestra mente cuadriculada y organizada. Aunque no os equivoquéis, la química no son matemáticas y dos y dos no siempre son cuatro.
Pero a lo que iba, nos gustan las artes, por supuesto pero no nos pidáis que escribamos un cuento, pintemos un cuadro o actuemos en el cine.
Una de las cosas que yo hago compulsivamente es leer. Es algo que descubrí muy joven, incluso antes de saber descifrar las palabras, y que me acompaña desde entonces. Mis libros son mi familia y los amo como tal. Acariciar su lomo, oír el crujido de sus páginas y oler la tinta y el papel para mi es un éxtasis. Cuando entro en una librería sin buscar nada en concreto es el Nirvana y cuanto más grande mejor. Yo no he sentido nunca lo que significa el flechazo con una pareja pero con los libros, lo siento cada vez que elijo uno en una estantería.
Los miro expuestos y no me atrevo a tocarlos, solo los repaso con la mirada y espero. De repente hay una portada, un título, color que me atrae poderosamente. ¡¡¡Y ese sí!!!. Lo toco, lo miro, leo la reseña y la primera página y si compruebo que ese flechazo no ha sido un espejismo el deseo de poseerlo se transforma en un amor incondicional. ¡¡Olvidaros mujeres, eso no se puede hacer con un hombre!!!.
De todas maneras no soy como uno de los personajes de "El club Dumas" de Reverte, mis libros están vivos, tienen anotaciones, páginas marcadas, manchas... Porque cuando lo estoy leyendo viene conmigo a todas partes. A veces, cuando he acabado alguno y a vuelto a mi biblioteca, ha sido como separarme de un ser querido. Como dice mi tía, yo no compro al azar, todo está leído, releído incluso varias veces y sobre todo, pensado, absorbido, reflexionado.
Cuando yo estudiaba, el Ministerio de Educación se veía como ahora, en la obligación de fomentar la lectura entre los jóvenes. Me parece una gran iniciativa si tuvieran en cuenta que para atraer el interés de la infancia sobre algo, hay que hacérselo atractivo, envolvérselo para regalo.
Enseñarles a leer, a pensar, a disfrutar. Y eso solo se logra a través de una literatura adecuada para cada edad. Os aseguro que mi afición por la lectura quedó intacta después de la EGB porque puedo quedarme enganchada a la etiqueta de una botella de agua. Pero que con 11 años tengas que dedicar tu tiempo libre al "Cantar del Mío Cid" en castellano antiguo ¡¡¡no tiene nombre!!!.
Estoy segura que nuestro profesor, con sus buenos 40 años, no había tenido narices de poder con el y a mi, fue el único libro que consiguió que durmiera 8 horas seguidas en mis 53 años de vida.
Afortunadamente hoy en día hay una estupenda oferta para el público infantil y juvenil y no creo que los clásicos españoles del Siglo de Oro, por ejemplo, sean lo ideal para potenciar la lectura entre los jóvenes.
Dudo que Lópe de Vega le pueda hacer la competencia a la PS4.
Toda esta disertación es para llevaros al término reflexión.
Solo puedo hablar de mi experiencia pero, a mi, los libros me enseñaron a reflexionar. Yo lo hice, adopté este hábito de forma instintiva pero hay que asegurarse que se convierta en una costumbre para los nuevos lectores.
Leer no es como beber un vaso de agua, es como disfrutar de una copa de buen vino. Hay que mantenerlo un instante en la boca, permitir que inunde los sentidos y una vez ingerido, disfrutado, buscar los aromas que nos sugiere (roble, melocotón,...). Y que la sensación placentera se quede grabada en nuestro subconsciente.
Pero eso no se lo enseñas a un niño obligándole a hacer un comentario de texto sobre "La vida de Buscon".
Yo no dudo que debe haber niños superdotados que con 12 años escriban poesía pero al resto, no podemos pretender que les guste el "Romancero Gitano".
Hay que proporcionarles una literatura con la que se puedan sentir identificados. Con la que se diviertan y se sientan héroes viviendo una gran aventura. Fomentar su imaginación, su creatividad. Y no inducirlos.
Recuerdo siempre una clase de literatura de EGB donde analizábamos un poema de Machado. Nuestra profesora nos hizo tragar la versión de lo que el poeta quería decir en uno de sus escritos, probablemente aprendido en algún curso. ¡¡Error señores!! Probablemente el autor lo escribió con una intención pero cada consumidor de sus palabras siente su sabor de una manera y no por eso deja de ser una opinión válida. Estoy segura que Machado se habría enfadado mucho con mi profesora.
Los niños son permeables como la arcilla y los valores que podemos traspasárles a través de una buena historia, una donde se sientan implicados, se quedan en ellos para siempre.
De todas maneras, yo que tengo dos sobrinos de 11 y 12 años compruebo que, aunque les regale libros, a uno consigo llevarlo a mi terreno pero al otro no. Podemos hacer todo el proselitismo que queramos pero nunca podremos vencer la personalidad de cada uno.
Como comentario final, y a pesar de todo, tengo que agradecer a mis profesores el descubrimiento de Pío Baroja, Valle-Inclán, Delibes, Quevedo, Clarín, García Lorca... Con los que he disfrutado enormemente.

domingo, 16 de abril de 2017

Cain y Abel

He comentado antes que soy una lectora compulsiva. Lo he sido siempre y creo que empecé a leer un tipo de literatura demasiado densa demasiado pronto.
Por eso decidí repasar libros que me impresionaron de adolescente y ver si mis conclusiones eran las mismas ahora en la madurez.
Uno de los autores que más me marcaron fue Herman Hess y aunque "Siddhartha" es mi obra preferida "Demian", esa pequeña joya, fue la que se quedó grabada en mi memoria.
Creo que con escritores como Hess cada uno sacamos nuestras propias conclusiones de sus escritos influidos por nuestras experiencias y creencias personales.
A mi "Demian" se me presenta como una disertación sobre el bien y el mal. De todas maneras es en una parte específica del libro en donde quiero centrarme.
En un momento concreto de la historia, la primera vez que el narrador entabla conversación con Demian, este le lanza una teoría sobre Cain y Abel. Y de repente yo pude concretar, ver escrita por primera vez una versión del mito a la que yo había llegado hace tiempo.
Antes de continuar quiero contextualizar un poco para que se pueda seguir el hilo de mis propios sentimientos.
Yo nací católica, apostólica y romana porque mis padres lo eran. Pero, aunque mi madre era muy creyente, nunca nos educó en la religión propiamente dicha. Ella creía en Dios, en sus Santos, pero no en Roma y sus acólitos. Rezaba todas las noches, se acogía a sus Santos en los momentos difíciles, que eran todos. Aún así no íbamos a misa ni cumplíamos con los sacramentos como buenos católicos. Tampoco nos exigió nunca que tuviéramos sus mismas creencias. En eso fuimos totalmente libres.
Pero yo nací en España, en una época en el que el propio estado se declaraba católico, por lo que los preceptos de la Iglesia nos influían desde todos lados, el colegio, la televisión... Eso hace que, inevitablemente y siendo una niña pequeña, el mensaje quede grabado en el subconsciente.
De todas maneras, había tres sacramentos que mi madre respetaba y en dos de ellos si que no tuvimos ni voz ni voto. El bautismo y la comunión.
Para quien no lo sepa, hay una cosa que se llama catequesis, que son unas clases que recibes en la iglesia y donde te enseñan historias de la Biblia y a ser un buen creyente. Yo, estas clases las recibí con siete años, edad con la que hice la comunión.
En ellas también te graban a fuego lo que son las bases en las que se asienta nuestra religión, el bien y el mal. Y sus dos características principales, la resignación y la culpa. Y todo esto se sustenta con el acto de fe, ósea, créetelo todo por ilógico que parezca porque Dios lo dice. Y si cuestionas alguno de los preceptos entonces te has dejado seducir por Satanás. Cuando desde pequeño te convencen de que eres un pecador las 24 horas del día y que tienes que pedir constantemente el perdón y la misericordia divinas, te sientes indigno al, inevitablemente, tener una versión diferente de una parábola por ejemplo. Y eso justamente me pasaba a mi con Cain y Abel.
Por eso cuando leí ese párrafo de "Demian", ese pensamiento de niña se concreto y se racionalizó.
Cain mató a Abel y nos enseñan a juzgarlo, era malo. Se deja llevar por la ira, por la envidia porque su hermano era el querido de Dios, el querido por todos. Para mi Cain es el oscuro, el práctico, el que no se resigna, el desobediente... En fin, siempre he admirado a Cain!!!
Abel me parece un pobre de espíritu. Alguien débil y sin decisión. Aquel que intenta solo agradar, que vive del reconocimiento ajeno y para ello hace siempre lo que es correcto. Ósea lo que hoy en día llamamos un hipócrita y un lameculos.
A Cain todos lo conocemos, es ese tipo de carácter crítico, que parece que siempre está enfadado, que dice lo que piensa sin importar a quien moleste y molesta a todos. El que deja expuestos los fallos no gusta, el que te hace ver que te equivocas y que no va aceptar lo ilógico solo por que tu lo digas, repele, cae mal, duele.
En fin, Cain mata a Abel y es castigado pero, como dice Hess, ¿es un castigo que te den algo que hace que el resto del mundo te tema (el estigma)?
¿Qué te den la posibilidad de irte a otro sitio, fundar una comunidad y convertirte en el verdadero padre de la humanidad? Pues señoras y señores ese es el castigo que Dios le impone por matar a su hijo bienamado.
Alejó al diferente, al rebelde, para que no le alborotara al gallinero.
A los católicos nos enseñan que sólo existe Dios y el diablo y, o estas con uno o con otro. Yo estoy convencida de que todos llevamos a Dios y al diablo dentro. Pero eso lo descubrí después de años de creer que era mala por cuestionarme cosas como esta.
¡¡¡Hermanos y hermanas que pertenecemos al bien y al mal a la vez, que tenemos luces y sombras y las aceptamos, dejemos de sentirnos pecadores!!!.
Lo negro pare cosas blancas y lo blanco pare cosas muy negras.




miércoles, 12 de abril de 2017

11 de abril, Día del Párkinson

De repente te pienso princesa, como muchas y muchas veces durante el día, la semana, el mes. Te añoro pero a la vez te noto cerca. Me sigo riendo con tus cosas y sigo recordando tu cara, tus manos, tu hombro donde pase horas apoyada, el tacto, la suavidad de tu piel, tu voz.
Pero te pienso cuando eras tú. Cuando sacabas en todo su esplendor tu sarcasmo y tu ironía perfectas de las que nadie se libraba, ni siquiera yo y que, afortunadamente, me dejaste en herencia.
Siempre fuiste dependiente. Desde que tenías tres años y la polio te hizo como fuiste. Yo me responsabilice de ti durante muchos años pero, la mayor parte de ese tiempo me dio muchísimas más satisfacciones que problemas. Me compensaba todo el esfuerzo que tenia que realizar y vivía para ti las 24 horas sin importarme lo mas mínimo.
Teníamos una complicidad absoluta. Siempre había un tema de conversación. Muchas veces nos reíamos. Viajábamos juntas y yo era feliz doblemente por verte a ti, sorprendida, orgullosa, importante, haciendo algo que nunca habías podido hacer. Salir de tu casa para conocer otros mundos.
Pero, de repente, el Párkinson se llevo la persona que eras. 
Empezó, como todas las cosas muy malas, de manera imperceptible, con pequeños toques de atención. No recordando lo que te había dicho hacia un segundo y preguntándome la misma cosa infinitas veces hasta el cansancio.
Dejaste poco a poco, o rápido, depende de como lo veas, de tener facilidad para hacer las cosas mas cotidianas. Comer, hablar, recordar...
Entraste en un mundo donde solo vivías tu. Donde yo tan solo podía rascar la superficie pero que, aun así, me hacia sentir lo sola y asustada que estabas allí.
No reconocías tu casa y tenias miedo de un lugar desconocido. Querías volver a la seguridad de un mundo cotidiano que yo no sabia cual era, que solo estaba en tu cabeza. Lo único que yo podía hacer era intentar que no tuvieras miedo a través de mis palabras y mi contacto.
Me convertí en tu toma a tierra. En la persona que hacia de puente entre el lugar en el que estabas la mayor parte del tiempo y la realidad. Pase de ser tu hija, tu compañera, tu amiga a una linea de vida a la que te agarrabas desesperadamente para no caer al vacío. Lo malo es que me estabas arrastrando contigo.
No podía desaparecer de tu vista ni un segundo por que, si no, entrabas en pánico y empezabas a llorar y ha llamarme a gritos. Empezaste a llamarme mama y yo perdí a mi madre en ese instante. En ese instante me quede definitivamente sola.
Sola, luchando contra una situación que me venia grande. Que nos viene grande a todos los que vemos la destrucción lenta y sistemática de la persona a la que mas amamos en el mundo.
Transitas un camino que empieza en la absoluta desesperación y acaba en la resignación y la tristeza total y devastadora.
Pero, desafortunadamente no se acaba ahí.
Cuando estuviste en el hospital y los médicos me aconsejaron que te ingresara en una residencia por que estaba en juego mi salud física y mental, lo hice.
Me costo noches de insomnio y llanto en la soledad en la que se había quedado nuestra casa. Pero tus primeros meses en la residencia me regalaron una suerte de lucidez en la que entraste y que me devolvió la felicidad momentáneamente.
Volviste a ser tu en todo tu esplendor y durante un tiempo tuve la esperanza, la suerte de disfrutarte otra vez.
Recuerdo ese periodo con alegría y amor. Pero el destino no olvida. No perdona. Y cuando empezaste a caer, lo hiciste en picado y sin tener manera de parar, de ralentizar la caída. Dejaste de hablar, de comer, de moverte. Te quedaste en la cama. Te convertiste en mi saquito de piel y hueso, en los ojos muy abiertos que me miraban fijo y me seguían por la habitación, lo único que tenia vida en ti. Incapaz de moverte ni siquiera para levantar la cabeza puesta en mala posición. Tus manos ya no se movían, ya no me tocaban.

Muchas veces salia de verte y tenia que sentarme en un banco en el parque al lado de la residencia. La de veces que esos bancos me han visto llorar por que tenia una sola necesidad, una necesidad que, por momentos, se convertía en la única forma de seguir. Que me acariciaras una vez más. Que una vez más me dijeras que me querías. Escuchar tu voz una vez más.
Pero eso no ocurrió. Y te fuiste. La partida no fue fácil, como no fue fácil el camino recorrido hasta el final.
Ahora te recuerdo siempre, mi pequeña princesa, la mas guapa y divertida de la residencia. Y, estoy convencida de que me miras, me tocas y me dices: ¡¡¡te quiero hija!!!.

sábado, 8 de abril de 2017

Criticar, criticar

Soy una gran fan de un actor argentino llamado Facundo Arana.
Por lo que se de el últimamente, va a hacer una versión teatral de "Los puentes de Madison" junto con Araceli González como co-propagonista. Pero no es de esto en concreto de lo que quería hablar... ¡¡¡O si!!! Juzgad vosotros.
La gente siempre me sorprende. Y digo la gente y no el ser humano (que también) porque no voy a hablar de nada profundo. Es un mero tema lúdico. Un ejercicio de una simple y básica aficionada a la crítica cinematográfica.
Desde que estos dos profesionales dieron la noticia de la puesta en marcha del proyecto todo lo que he visto han sido críticas negativas. Pero no es eso lo que me sorprende.  Para gustos los colores que se dice.
Yo no suelo criticar un trabajo antes de ver el resultado pero así es el mundo.
Lo que me deja paralizada es que el argumento utilizado es que van a destrozar "la mejor historia de amor jamás contada". ¡¡¡Y aquí es donde se me ponen los ojos redondos y se me cae la mandíbula!!! Paso por alto el desprecio a autores como Shakespeare, Byron, Tolstoi, Flaubert, Goethe...
Lo más curioso es que digan esto de una película (y remarco esto porque en ningún momento se habla de la novela) que es aburrida desde los títulos de crédito hasta la palabra fin.
Tengo que aclarar desde ya que no soy muy aficionada a las películas románticas pero tenía entendido que ese primer lugar en el ranking le pertenecía a "Titanic". Y conste que yo me dormí y me desperté cuando el barco choca con el iceberg. Pero cuando la reponen en tv siempre me hago el propósito de volver a verla. Nunca lo hago pero lo que vale es la intención. ¡¡¡En cambio con esta soy incapaz de pararme un momento ni cuando hago zaping!!!
Como he dicho antes no soy muy aficionada al género, pero que un hombre de mundo como un fotógrafo del National Geographic se enamore perdidamente de una pueblerina llena de prejuicios me parece como poco utópico, de comedia romántica de los años 90. Como que un multimillonario se enamore de una prostituta. Porque, convengamos que Julia Roberts por lo menos era guapa pero Meryl Streep... ¡¡tiene el Sexappeal de la hormiga!!. En fin.
Tampoco es que destaque por el trabajo de sus actores, a ella le he visto papeles estratosfericamente mejores que ese. En cuanto a Clint Eastwood... Bueno, es menos expresivo que su versión en cera. En la única película en la que parecía humano era en "La leyenda de la ciudad sin nombre". Lástima que ya no tenga edad para hacer de Harry el sucio, ese papel lo bordada.
¿Y la clasificación de mejor película romántica de todos los tiempos deja por detrás a "Anna Karenina", "Madame Bouvarie", "Romero y Julieta"? Quien dice esto no debe haber visto "Ha nacido una estrella", tanto la versión de 1954 con Judy Garland como la de 1976 con Barbra Streisand. Y hablando de Barbra Streisand, ¿"Tal como eramos"? ¿Ha alguien le suena?
En fin, que sin ser aficionada al género se me ocurren como mínimo 10 títulos que juegan en otra liga.
Ahora que, si el sentido de todo esto es intentar echar por tierra el trabajo de todo el elenco que lleva a cabo el proyecto entonces es otra historia. Cada uno que haga lo que quiera y que cada país cuide sus artes escénicas y sus profesionales como quiera. Lo que les aconsejo es que por el afán de criticar no den pábulo al mal gusto.

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Bastian

Estoy inmersa en la lectura de "Memorias de Bastian" de Hugo Egido. Me sorprende conforme avanzo, es una opinión completamente...