jueves, 16 de febrero de 2017

Princesa

Dije que no escribiría nada hoy. Que sería un día normal y que, como voy de turno de noche pasaría rápido.
Pero precisamente ese es el problema, tengo 8:30 horas para pensar. No paro de trabajar pero mi cabeza no para de pensar!! Y estar sola en el laboratorio no ayuda.
Y revivo ese día en que te sujetaba la mano y pensaba que en cualquier momento ibas a dejar de respirar, pero la agonía no se acababa.
Vuelvo a recordar de manera vívida cuando sonó el teléfono a las 4 de la madrugada y la voz profesional de la directora de la residencia me informó de que te habías ido. De que me habías abandonado a mi suerte. De que no iba a verte más.
En los últimos 4 años te habías convertido en mi niña, mi bebé, hasta me llamabas mamá. Y ese día, hoy hace un año, se me fue la que siempre fue mi madre y en los últimos años, mi hija.
Te echo hoy más de menos que el primer día. Aunque el último año no pudieras hablar ni moverte, echo de menos el tacto de tu piel, tu mano.
Te quiero mi Princesa, llevaré la pena de haberte perdido para siempre en mi corazón.

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