domingo, 14 de mayo de 2017

Teatro

En un post anterior os comentaba que siempre he sido la rara de mi familia. No me entendían antes y ahora, con el Blog, me entienden menos.
Sabéis, y si no os lo digo ahora, que tengo otro perfil de Twitter. Empecé por una inquietud de ayudar cuando se recrudecio la guerra de Siria y el drama de los refugiados tomó dimensiones apocalípticas. Colaboro económicamente con cuatro ONG'S pero siempre he pensado que acallar tu conciencia con dinero es miserable.
Por eso decidí que debía dar voz a los sin voz, hacerlos visibles desde mi micro tamaño. Al final mi contribución solo es visible con un microscopio electrónico pero, utilizar eso como excusa para no mirar, para no ver no es ético.
Llevo casi un año intentando remover alguna conciencia desde mi minúsculo receptáculo y dando todo mi apoyo a mis ONG'S.
Evidentemente resulta raro que el poco tiempo que tengo libre lo dedique, como dicen, "a estar colgada del móvil".  Y explicarles lo que intento hacer me hace sentir ridícula cuando a cambio recibo su mirada de incredulidad.
Y ahora con el Blog, ¡¡olvidaros!!. Si les enseñara la felicitación del Rey de España me seguirían mirando como si solo estuviera perdiendo el tiempo en tonterías.
No negaré que me duele un poco todo esto pero, al final, he tenido casi una vida para acostumbrarme. Y, evidentemente, ni he cambiado ni cambiaré un ápice mi manera de ser.
De todas maneras conseguí una victoria moral con parte de mi familia y amigas. Les hice aficionadas al teatro.
Para mi, el teatro es la expresión artística más cercana para los consumidores de cultura.
Recuerdo la primera vez que asistí a una función. Yo tenía 18 años, fui con una amiga a la que perdí el rastro hace ya mucho tiempo. Mi bautizo de fuego fue lo más espectacular que se puede tener.
Año 1984, Compañía Nacional de Teatro Clásico, director Lluis Pascual. "Luces de Bohemia" de don Ramón Maria del Valle-Inclan. Y como protagonista el más grande Máximo Estrella que a dado la farándula de este país, José María Rodero.
Tengo que ser justa y decir que yo ya me había vuelto adicta al teatro gracias a la primera cadena de Televisión Española, uno de los dos canales que teníamos en aquella época. Allí pude ver al mismo Rodero, a José Bodalo, Manuel Alexandre...
Ósea, lo más granado del universo actoral, en una versión memorable e inolvidable de "12 hombres sin piedad". ¡¡Así quien no se aficiona!!
Yo ya estaba entregada pero, la experiencia de mi primera obra me hizo adicta y proselitista porque es ese tipo de sensaciones tan placenteras que sientes la necesidad apremiante de compartirlas y que los demás las disfruten también.
Una de las primeras obras que vimos juntas fue "Flor de nit" de la compañía Dagoll Dagom.
A esta le han seguido infinidad más, vistas en compañía o sola. Unas me han gustado más y otras menos. Unas me han transportado y otras me han hecho llorar porque era la única manera de liberar la satisfacción. Ósea, mi síndrome de Stendhal particular.
Pero por muchas que haya visto, cuando elijo un título en la cartelera, disfruto desde el momento en que busco asiento y compro mi entrada.
El ritual siempre es el mismo, entrar en la sala con el resto del público, ocupar mi butaca y mirar el escenario tapado por el telón. Eso me hace sentirme importante, transportada a otras épocas inmemoriales. Me quedo allí sentada,esperando, con la inquietud de alguien que va a vivir un acontecimiento importante. Expectante y curiosa, como un niño que va de excursión por primera vez.
Y cuando se apagan las luces del patio de butacas y se encienden los focos, hasta las motas de polvo atrapadas en la luz parecen moverse más despacio. No se si le pasa a todo el mundo pero yo noto un olor especial.
En ese momento, la magia del teatro atrapa todos mis sentidos. Mi vista y mi oído están alerta para que ningún movimiento, ninguna palabra, ninguna expresión de los actores, ningún sentimiento se me escape. Pierdo la noción del tiempo y me mimetizo con la historia. A veces hasta me escuecen los ojos de no parpadear.
Y cuando se acaba, la sensación de satisfacción me dura mucho tiempo.
Supongo que esto que os he explicado aquí es común a todos los aficionados. A los que no lo son, espero que mi experiencia sirva para animarlos a probar.

Entrada destacada

Bastian

Estoy inmersa en la lectura de "Memorias de Bastian" de Hugo Egido. Me sorprende conforme avanzo, es una opinión completamente...