Pero, en esta novela, Antonio a ido más allá.
En una especie de visión paralela entre el pasado y el presente, se nos demuestra de manera clara y meridiana como España es un pueblo maldecido por la inevitable repetición constante de su historia. Estamos abocados sin poder evitarlo, a cometer los mismos errores una vez tras otras como si nos hubiéramos resignado a no avanzar nunca. Como si estuviéramos atrapados en un bucle, igual que el protagonista del film "El día de la marmota".
Fermín Salvochea |
Pero, como Antonio nos enseña en esta novela, fueron demasiadas corrientes políticas de idearios demasiado alejados entre si, las que se unieron contra un enemigo común. Evidentemente esto provocó que, una vez conseguido su objetivo, cada cual "arrimara el ascua a su sardina".
El sentimiento de desencanto y traición lleva a Salvochea a rebelarse contra el gobierno seudo democrático protagonizando el levantamiento republicano de la Sierra de Cádiz.
La novela, nos lleva de la mano a través de la línea de pensamiento de Salvochea y avanzamos con el hacía el radicalismo que le hace buscar un ideario coincidente con sus convicciones y convertirse al anarquismo.
Nos muestra como una persona puede ser completamente fiel y coherente consigo mismo.
Antonio me da una lección de historia, de vida y de honradez pero, en esta novela en concreto, y a tenor de los acontecimientos que estamos viviendo, me hace ver que seguimos desarrollando los mismos roles de antaño.
Gracias como siempre Señor Orozco, por hacerme un poco más culta y por enseñarme a analizar mejor los hechos de los que soy espectadora.